El invierno presenta desafíos particulares para las personas mayores: el frío intenso, el aumento de enfermedades respiratorias, pueden afectar la rutina diaria, la energía y sobre todo la autonomía.
Pero con algunas estrategias simples y bien planificadas, es posible mantener la independencia y sentirse bien acompañado sin perder el control sobre la propia vida.
Cuidar la Salud Respiratoria: Prevenir es clave
Las enfermedades respiratorias como gripes, bronquitis o neumonías aumentan durante los meses fríos, y las personas mayores son parte de los grupos de mayor riesgo. La prevención comienza con hábitos simples y consistentes:
✔ Ventilar todos los días: abrir las ventanas unos minutos, incluso en días fríos, ayuda a renovar el aire y reducir virus y bacterias en espacios cerrados.
✔ Evitar cambios bruscos de temperatura: al salir o al dormir, usar capas de ropa para regular la temperatura corporal.
✔ Vacunarse a tiempo: tanto la vacuna contra la influenza como la del COVID-19 siguen siendo herramientas fundamentales de prevención.
✔ Hidratación y alimentación adecuada: mantenerse hidratado aunque no se tenga sed y consumir alimentos con vitamina C (cítricos, verduras frescas) refuerza las defensas.
✔ Consultar ante los primeros síntomas: no esperar a que una tos o fiebre empeore. Una consulta médica oportuna previene complicaciones.
Movilidad Segura en Casa: Evitar Caídas y Mantener la Confianza
Cuando baja la temperatura, también tiende a disminuir la actividad física, lo que afecta el equilibrio, la fuerza muscular y la agilidad. Esto, sumado al uso de calefactores, ropa gruesa o pisos fríos, puede aumentar el riesgo de caídas.
Estas son algunas medidas para seguir moviéndose de forma segura en casa:
✔ Mantener zonas de paso despejadas: retirar alfombras sueltas, muebles bajos o cables que puedan obstruir el paso.
✔ Iluminación adecuada: usar luces nocturnas en pasillos o baños, y preferir interruptores de fácil acceso.
✔ Realizar ejercicios regulares: incluso en casa, una rutina diaria de estiramiento o ejercicios de pie mejora la circulación y la estabilidad.
✔ Ropa cómoda y antideslizante: usar zapatos cerrados y con suela firme, además de ropa térmica que permita moverse con libertad.
✔ Contar con apoyos si es necesario: bastones, sillas de apoyo o barandas no significan dependencia son herramientas para conservar la independencia con seguridad.
Prepararse para el invierno es cuidar la autonomía
Vivir bien en invierno no depende solo del clima, sino de cómo nos adaptamos a él. La clave está en anticiparse, ajustar rutinas y crear un entorno seguro que permita mantener la independencia con confianza.
La autonomía no se pierde al pedir apoyo: se fortalece cuando se tienen las herramientas y acompañamiento necesarios para seguir viviendo con propósito.